¿Quieres erradicar tus malos hábitos? Aquellas acciones que haces de manera automática, repetida y no te están sumando, más bien restando…
Antes que nada, hay que entender que nuestros cerebros están programados para automatizar acciones y respuestas, con esto ahorran energía y facilitan nuestro día a día. Los hábitos que aprendemos, dejan un esquema en nuestro cerebro y tendemos a repetirlos de manera automática.
Acciones o conductas repetidas muchas veces con el tiempo, se van arraigando fuertemente y generando hábitos, con sus asociaciones neuronales correspondientes. Por esto es tan difícil cambiarlos o eliminarlos. Lo que sí podemos hacer es reemplazar un hábito “negativo” por uno más “positivo”.
Primero debemos identificar que dispara nuestro hábito: ¿Aburrimiento, hambre, contacto social?. Al identificar que nos hace realizar esa acción, podemos darle una recompensa pero con un hábito más saludable. Podemos preguntarnos, ¿Es una emoción particular? ¿Una necesidad? ¿Un lugar? ¿Una hora específica? ¿Qué me dispara realizar dicha acción?.
El entorno juega un papel importante aquí. Si queremos reemplazar hábitos que nos dañan por otros más saludables, debemos construir un ambiente colaborativo. Por ejemplo, si el problema es que después de un día trabajo intenso, cansado/a y con hambre atacas los snacks ultra procesados, puedes comprar frutas o chocolate amargo para evitar picotear bollerías. Aquí estarías dando una recompensa pero más saludable. No compres ni tengas al alcance de las manos bollerías. Tiene que ser difícil acceder a ellas, como vestirte, salir de tu casa y caminar unas cuadras , ya que hará que lo pienses dos veces antes de comprarlas y consumirlas. Se trata de facilitar la adopción de buenos hábitos y dificultar la continuidad de los malos.
Generar hábitos requiere tiempo ya que se construyen gradualmente. Es más fácil adoptar uno si empiezas con pequeñas y simples acciones ("baby steps"). Por ejemplo, te cuesta un montón hacer ejercicio. Primer paso, apúntate al gym e ir por lo menos 5 a 10 minutos, es poco pero suma. Ve solo por 10 minutos 2 veces por semana, luego suma una sesión y algunos minutos más. Esto resultará más ameno y no tan demandante como si empezaras con todo 5 veces a la semana 2 horas seguidas. La idea es que la buena acción se repita en el tiempo. No existe un tiempo determinado, cada hábito puede demorar más o menos tiempo hasta automatizarse. Aunque haya retrocesos hay que mantener la constancia en los esfuerzos hacia el cambio.
Por tanto, para reemplazar aquellos hábitos que nos están perjudicando primero identifica los disparadores del hábito a reemplazar, luego crea un entorno colaborativo y pon dificultades al hábito negativo. Busca sustitutos más saludables. Haz pequeños cambios que puedas manejar y cumplir. Busca recompensas saludables para las nuevas rutinas, y refuerza las acciones positivas celebrándolas para mayor motivación. Y a todo esto, perseverancia, constancia y paciencia. Lograr un nuevo hábito saludable y poder mantenerlo en el tiempo te dará mayor autoestima mejorando tu estado de ánimo y confianza en ti mismo/a. Ve por ello!!!